
Por años, he estado obsesionado por ese animal de muchas cabezas que es Bob Dylan. Poeta, icono, loco, "arcoiris harapiento". No pensé, sin embargo, que alguien fuera capaz de captar su escurridizo espíritu en celuloide. Afortunadamente, estaba equivocado. Todd Haynes, también embudo por el que el movimiento glam salió en Velver Goldmine, retrata a Dylan en un caleidoscopio que va del western a un segmento prodigioso como salido de 8 1/2 en donde Cate Blanchett encarna a la perfección la etapa psicoalucinógena del cantante. Heath Ledger y Christian Bale también encarnan momentos climáticos en la vida de Robert Zimmerman, como su decepción amorosa y su resurrección cristiana. Fascinante, destinada a convertirse, de ya, en objeto de culto.
P.D. Odio a la gente que habla o mueve las piernas en el cine, pero no pude evitar tararear cada una de las canciones.